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Comunicado de CRA: Un mensaje al Presidente

Las declaraciones del Presidente de la República en un medio nacional, sus particulares dichos sobre aspectos de política futura y el sospechoso silencio sobre los temas centrales de la realidad cotidiana, nos asombran, nos preocupan y nos dejan la sensación extendida que vamos sin rumbo y que quienes gobiernan nos tratan como seres no pensantes y que no vemos el oscuro tiempo que transitamos.

Sumidos en una inflación sin freno, aún en la risueña guerra que le declarara el primer mandatario, sin perspectiva real de su descenso, con brecha cambiaria cada vez más grande, sin crédito externo, con emisión descontrolada, gasto publico creciente, con paritarias que nunca alcanzan, cientos de productores, transportistas y ciudadanos penando por un poco de gasoil, el Presidente nos habla de reformas judiciales, de Corte Suprema de decenas de miembros, de política internacional, con pretensión de protagonista, todas frases vacías, que se chocan con el presente que abraza a todos los argentinos.

En ese marco de ausencia de plan de gobierno, sin gestión, ni rumbo, reaparece como una letanía la idea de tener una empresa testigo en el comercio de granos, no conforme con toda la intervención que han instaurado solo para sembrar desconfianza y para quitar valor al productor, ahora se anuncia otro dislate.

Intentaron un mamarracho con la empresa Vicentin, tenemos patente la conferencia de prensa en que anunciaron la idea de apropiarse de ella y ahora pretenden más de lo mismo.

Precios cuidados, cupos para exportar, fideicomisos, permisos, cortes para consumo interno, desacoples, son solo muestras de un constante fracaso, que sin embargo vuelve como idea novedosa, esta vez en palabras del Presidente.

Por el contrario, si respetamos la propiedad privada, la independencia de la Justicia, la libertad de trabajar, producir y vender, el respeto a la ley, a la constitución, la institucionalidad y valores de la República, si hablamos menos y hacemos más, si nos decimos la verdad, si vamos hacia una economía moderna, globalizada, si hacemos lo que hacen los países exitosos, seguramente no haría falta presumir un optimismo que nadie ve, que nadie siente y no se encuentra en el ánimo de la gente.

Respetuosamente le decimos al Sr. Presidente, que vea al país real, al de todos los días, al que vive la gente, no la política, entonces esperamos tenga respuestas, no del país que imaginan o le cuentan, sino el que transitamos con pesar en estos tiempos inciertos.

Más impuestos, inesperados y extraordinarios

El Presidente de la Nación y su Ministro de economía, anunciaron ayer medidas de orden económico social, cuyos fondos, provendrían de un nuevo impuesto, a la renta inesperada o extraordinaria, sugestivos nombres para el intento de una nueva exacción al sector privado productivo.

Como es habitual en esta administración del Estado, los anuncios, son vagos y confusos, por lo cual no se sabe a ciencia cierta de que se trata el proyectado impuesto, cuál será el hecho imponible, para qué periodo, desde cuándo y hasta cuando se percibirá, quien son los alcanzados, información básica al que debiéramos tener derecho, si nos respetaran como ciudadanos.

Es la forma en que se trata al contribuyente y a la ciudadanía en general, notoria falta de rigor técnico en la medida, un anuncio general y a posteriori un vacío de información que solo genera incertezas, en un momento político – económico, en donde lo único que se tiene es incertidumbre y ausencia de rumbo cierto.

Quienes arriesgan e invierten en el sector agropecuario merecen respuestas concretas y no anuncios parciales, la medida proyectada, parece constituir una triple imposición al sector productivo, en un marco donde la actual percepción de retenciones a las exportaciones carece de apoyatura legal.

El Ministro de economía, conserva un raro privilegio y es el de haber anunciado inflaciones proyectadas, que nunca se cumplieron, sin embargo, pareciera que sus errores de diagnóstico y de macroeconomía, lo obligan a inventar nuevos impuestos, al mismo tiempo que permanecen cerradas las exportaciones, mediante cuotas, permisos e intervención de mercados.

Si eso es su plan, no le vemos otro futuro que el triste declive del presente.

El Gobierno no recepta la idea de fomentar inversiones, por el contrario, todo el tiempo busca desincentivarlas, con cepos y aumento de presión impositiva, nadie explica el fracaso de la guerra contra la inflación, solo se busca o inventan ganancias inesperadas o rentas extraordinarias.

Nadie niega la salvaje invasión de Rusia a Ucrania y los efectos en el aumento de precios de algunas materias primas, pero la inflación en Argentina es un problema endémico, cuya causa principal es el constante déficit fiscal y la mirada sin perspectiva productiva, que se traduce en ahogar de impuestos a quien produce.

No alcanzan las retenciones, ni las transferencias de ingresos que ellas producen, el Ministro pretende hacernos creer que solo subieron los precios de los commodities, como si todos los componentes de insumos, se hubiesen quedado inmóviles, resulta penoso el comprobar que un Ministro no puede estar tan alejado de la realidad productiva, tan lejano de lo que sucede en el día a día del interior productivo, que se mantenga al margen del conocimiento, de los valores del gasoil en el interior (además de la dificultad de proveerse del mismo) y de la suba de costos, de todos los demás rubros que hacen a la producción primaria (por ejemplo los insumos clave, como los fitosanitarios).

Nunca estuvo tan clara la visión técnica universitaria, con su aditamento de soberbia, contrapuesta a la realidad económica cotidiana, ello sin duda contribuye a la desazón y el descrédito sobre el futuro económico de la Nación.

Desde CRA, advertimos que, ni la inflación es la que el Gobierno ha pregonado, ni hay renta extraordinaria o inesperada, lo que sin duda existe y es preocupante, es comprobar que navegamos sin rumbo y que más impuestos solo auguran peores resultados.